Era estudiante de Servicio Social en la Universidad de Chile, militaba en el MIR. Fue detenida en la calle al ser reconocida por Marcia Merino, la Flaca Alejandra.
Nació en el seno de una familia acomodada. Perdió a su padre, don Aldo Binfa a los 7 años, siendo criada por su madre, doña Julia Contreras, una esforzada enfermera del Hospital Militar quien le dio muy buena educación.
Era una joven delgada, alta, de cutis blanco y lucía el pelo oscuro muy corto. Las prisioneras de Cuatro Álamos la recuerdan comiéndose las uñas, vestida de pantalón negro y chaqueta clara. Los agentes de la DINA la apodaron “La Coneja” tal vez por esos incisivos grandes que le daban ese gesto característico.
En la adolescencia comenzó a rebelarse contra las injusticias y la forma tradicional de la estructura de la sociedad. Se alejó entonces de la tutela materna y se fue a vivir independiente. En esa época ingresa al MIR, dedicándose al trabajo poblacional, lo que le da la oportunidad de apoyar a grupos pobres y desposeídos. Empieza a estudiar Servicio Social en 1972. En su escuela se caracteriza por la entrega total a sus ideales, descuidándose hasta su aspecto personal. Se comportaba como militante dedicada al partido y a su trabajo en el frente poblacional. Cuando en abril de 1974, Víctor Toro, miembro de la dirección nacional del MIR y máximo dirigente de los pobladores sin casa cayó en poder de la SIFA, debió pasar a la clandestinidad y desconectarse de sus compañeros.
En el trabajo poblacional tuvo contacto con Romo quien la habría reconocido en forma especial al estar detenida y es posible que esto lo decidiera a hacerla desaparecer. En julio de 1975 apareció en las listas de los 119.
Su madre la buscó incansablemente apelando a sus contactos con militares; sin embargo no supo de su destino, muriendo de cáncer 8 años después. Ella había encomendado el caso al abogado Andrés Aylwin, quien presento en 1974 un escrito a la Corte de Apelaciones. En el año 2002, en el homenaje a los 119 Don Andrés recuerda en su discurso: “He presentado Recursos de Amparo por más de 30 años. Tengo fundadas razones para pensar que hay grupos de incomunican, detienen y torturan. En este caso se trata de una mujer algo más dramático aún… éstas son situaciones que claman al cielo. Lo que puede haber sucedido a Jacqueline se sabrá tarde o temprano. Cuando eso ocurra las nuevas generaciones de chilenos nos preguntarán, ¿qué hicimos frente a ello? E futuro de Chile se verá comprometió si este caso no se investiga.”
La investigación judicial a cargo del ministro en visita Alejandro Solís tuvo en el año 2006 un avance muy significativo. El 9 de mayo la sala penal de la Corte Suprema dejó sin efecto el fallo emitido por la cuarta sala de la Corte de Apelaciones de Santiago que el 16 de enero aplicó las figuras legales de la amnistía y la prescripción para dejar sin efecto los procesamientos dictados contra ex agentes de la DINA imputados de haber participado en el secuestro calificado de la militante del MIR Jacqueline Binfa Contreras. De esta forma la alta magistratura confirmó los procesamientos del ex jefe operativo de la disuelta DINA Manuel Contreras, además de los ex agentes Miguel Krassnoff, Ciro Torré, Basclay Zapata y Orlando Manso como autores del delito de secuestro calificado.
Tras esta determinación el juez Solís está en condiciones de entrar en la fase acusatoria del proceso. De esta manera a juicio del abogado querellante Hiram Villagra “con esta resolución la Corte Suprema ha confirmado que el secuestro como delito que no se interrumpe hasta que aparezca la víctima o al menos sus restos, no puede ser amnistiado ni prescrito porque además es un delito de lesa humanidad.”