El abandono del espacio antes ocupado por el Cuartel Ollagüe activa las alertas de lo vecinos, familiares de detenidos desaparecidos, y ex presos sobrevivientes,  quienes se unen  para  desarrollar una experiencia de rescate del espacio de memoria. Tras la ley de 1987 que obligaba  a la CNI a entregar al Ministerio de Bienes Nacionales, las propiedades expropiadas que fueron ocupadas como centros de detención,  la comunidad comienza a acercarse a este espacio y observar los vestigios materiales testimonios de lo que ahí había pasado.

Al finalizar la dictadura, se aprueba en el congreso una ley que obliga a Bienes Nacionales a devolver a sus dueños  los bienes incautados  en dictadura,  con este cambio en el panorama social,  la casa ex-cuartel Ollagüe, vuelve a manos de su dueño, el  sociólogo Tetonio  Du-Santos.

En el tiempo que la Casa se encontraba abandonada, las historias  de carácter popular comienzan a tejerse en torno a la memoria de la casa, que para 1987 y principios de los noventa se creía que estaba embrujada. Poco a poco esta perspectiva fue cambiando a propósito de la organización de los familiares de detenidos y vecinos, que comenzaron a llevar a cabo velatones en las afueras de la casa, con el fin de recordar la memoria de los que por ahí habían pasado.

El estado de abandono de la casa despierta en los vecinos el interés por hacer algo con respecto de este espacio Sara Corona, vecina de la casa, comienza a convocar a distintas agrupaciones de derechos humanos para dar inicio a la lucha por la recuperación de la casa, que para ese entonces constituía también un riesgo para los vecinos.

El Colectivo José Domingo Cañas, define con los años más claramente su visión de trabajo con la memoria de la casa, identificando su propuesta con la recuperación de la memoria a partir de las vidas de quienes pasaron por este espacio, dejando en segundo plano la visión del horror y la tortura, frases como » Memoria para construir la vida» eran las que identificaban más su trabajo.

En el año 2000 el Colectivo inicia  las negociaciones para la compra el espacio de la casa con  el en ese entonces Ministro de Vivienda Claudio Orrego. La  propiedad de la misma estaba a cargo del abogado  de Tetorio Du- Santos, Eduardo Contreras.  El Colectivo  estaba seriamente preocupado por esos días pues una serie de intentos de incendio y atentados amenazaban con destruir el espacio, sumado a la posibilidad de venta inminente de la misma a   una serie de interesados, principalmente del mundo inmobiliario y de la manofactura, ponían en peligro la continuidad de la estructura. En el año 2000 se efectuó la venta de la propiedad por noventa millones de pesos,  adjudicada a Pablo Rochet, empresario que tenía su fábrica de juguetes en la propiedad contigua a José Domingo Cañas 1367, sin que el Colectivo pudiese tener alguna capacidad de reacción dado el reciente cambio de mando presidencial al gobierno de Ricardo Lagos, que retrasó las negociaciones para adjudicar el presupuesto para la compra de la casa.

Durante el año 2001 el  colectivo continúa su trabajo de recuperación,  durante el encuentro de derechos humanos internacional ,  se propone la idea de buscar que este espacio se constituya como Monumento Nacional.  El colectivo levanta un expediente al Consejo de Monumentos Nacionales, y éste es aprobado en Enero del 2002.  Previo a su nombramiento el 27  de diciembre del año 2001, en conocimiento de la inminente declaración del espacio como monumento nacional, el empresario  Pablo Rochet, ordena que la casa sea demolida.  Al llegar el  2 de enero durante la sesión del consejo de monumentos, al ya no existir la casa como testimonio de memoria, es nombrado «Sitio Histórico» el terreno en el que ella estaba, a propósito del valor patrimonial del espacio recordatorio de episodio doloroso en que chilenos se enfrentaron entre si.

La declaratoria de monumento histórico, impedía que el sitio fuese ocupado con fines económicos, por lo que el espacio se convierte en un estacionamiento. Las negociaciones del gobierno con Pablo Rochet continuaron en el tiempo para lograr comprar el sitio. En septiembre de 2005 se el colectivo desarrolla un proyecto para  la construcción de la Casa Memoria, proyecto que aprobado por una unanimidad en la sesión del Consejo, el desafío de construir un espacio para la Casa Memoria,  ameritaba el  trabajo conjunto con el Estado, el ministerio de vivienda durante el gobierno de Michelle Bachelet luego que se adjudicara la venta de la propiedad de Rochet, confirma la edificación del sitio.

El proyecto de Casa Memoria se pensó con la edificación de mástiles en el espacio que ocupó la Casa Memoria, desde donde se izarían velas que simbolizara la partida y llegada de quienes pasaron por este espacio de dolor.